Es cierto que la llegada de la Reina Letizia a la Casa Real generó todo un revuelo y un suceso digno de análisis. Tal y como trascendió en los medios de comunicación, y a través de diferentes producciones audiovisuales, la boda de la madre de la Princesa Leonor con el Rey Felipe no fue bien vista por los Reyes Eméritos, pero, el que fuera Príncipe de Asturias contaba con el apoyo de sus hermanas, la Infanta Elena y la Infanta Cristina.

Lamentablemente, con el transcurso del tiempo, las Aristócratas no habrían podido tolerar ciertas actitudes de su cuñada que las llevaron a tomar distancia, aunque, lo cierto es que la Duquesa de Lugo habría sido la primera en darse cuenta de las verdaderas intenciones de la esposa de su consanguíneo y todo se debió al divorcio con el padre de sus hijos, Jaime de Marichalar.

Los conflictos de la Reina Letizia con la Infanta Elena y la Infanta Cristina

El 18 de marzo de 1995, en Altar Mayor de la Catedral de Sevilla, se casaban la Infanta Elena y Jaime de Marichalar y 12 años después, desde la Casa Real, anunciaban "el cese temporal de la convivencia matrimonial". En noviembre de 2009, el divorcio fue legalmente formalizado y, en este contexto, la esposa del Jefe de Estado no dudó en tomar partido y su apoyo se dirigió hacia el padre de Victoria Federica y Froilán.

Además, la Duquesa de Lugo no soportaba la visión que la Reina Letizia tenía respecto al servicio a la Corona, pues a la primogénita de los Reyes Eméritos le inculcaron desde muy pequeña que "el servicio al Rey es un honor y un deber que siempre debe llevarse consigo", por el contrario, para su cuñada se habría tratado de una obligación que finalizaba cuando se apagaban las luces de las cámaras en los actos oficiales. Eso sí, hoy su perspectiva habría cambiado demasiado.

Respecto a la mala relación de la Reina Letizia con la Infanta Cristina, se puede ubicar el evento en tiempo y espacio que habría terminado por alejarlas: el bautismo de Irene Urdangarin. Cuando la benjamina de los ex Duques de Palma recibió el primer sacramento del cristianismo en el año 2005, la Reina Consorte y el Soberano no habrían permitido que los progenitores de Iñaki Urdangarin se instalen en el Pabellón del Príncipe bajo la excusa de que la Reina estaba indispuesta debido a que se encontraba en el tercer trimestre de embrazo de su primogénita, Leonor.

Otro conflicto habría sido cuando la Infanta Cristina fue una de las invitadas de honor al Foro Económico Mundial de Davos y, por su parte, la Reina Letizia —quien estaba ansiosa por ser la elegida— no recibió dicha invitación. Según las fuentes de Zarzuela, la nuera de doña Sofía puso el grito en el cielo, a tal punto que desde la Casa Real se prohibió que la "Royal" acudiera a la asamblea. Sin embargo, la gota que colmó el vaso entre las cuñadas fue el polémico caso Nóos en el 2010. Los Reyes estaban abocados a mantener la imagen de la Corona impoluta y con la intención de cumplir su propósito se habrían negado a tender una mano y mostrar su apoyo a la ex Duquesa de Palma.