La Princesa Leonor (17 años) vive en un mundo paralelo, alejado de la realidad y, sobre todo, de sus primos Urdangarin y Marichalar. Convengamos que la nueva generación de royals es completamente diferente a las demás, afectadas, claramente, por una tecnología avasallante y mucho más transparente.

Victoria Federica, Carla Vigo, Pablo Urdangarin y hasta la propia Irene Urdangarin saben cómo utilizar este lenguaje para mostrarse cercanos a su audiencia, a diferencia de su prima. Leonor de Borbón tiene algunas restricciones impuestas por sus padres como próxima heredera al trono.

Un muro invisible

La Princesa Leonor tiene una guardiana absoluta en su camino hacia futura Reina. Letizia Ortiz se encargó de que la distancia con sus primos sea firme, pues vincularse con los hijos de sus tías Cristina y Elena podría causar un impacto negativo no solo en su proyección, sino también en su carácter.

Sus primos, al vivir con menos presión, hacen lo que cualquier joven de su edad. Usan la tecnología, salen, se juntan, practican deportes y viven libremente la vida con la frescura de la juventud. Eso, por más que quiera, jamás podrá hacer la Princesa Leonor.

Algún día será

La Princesa Leonor está a meses de completar una formación importante, la del Bachillerato internacional en Gales. Lo último que tiene en mente es juntarse con sus primos y sus padres se encargan de que así sea. De todos modos, algún día podríamos verla mezclarse con los demás, ya que no sería nada malo sino más bien normal en una familia.