Risto Mejide (48 años) sabe que el amor siempre vencerá. El presentador y publicista promociona su nuevo libro “Dieciséis notas”, una novela que cuenta la historia de Johann Sebastian Bach y Anna Magdalena Bach, un amor que venció las diferencias de edad en una sociedad conservadora, y que a su vez narra también un poco de su propia historia con mujeres a las que le dobla la edad.

El presentador de “Viajando con Chester” se sentó con Alberto, el hijo de Carlos Herrera (65 años) en su programa “Herrera en COPE”. A Risto Mejide se le hizo fácil estar del otro lado. La primera pregunta que contestó fue sobre sí mismo, se describe como un “tipo serio, sincero, quizá demasiado sincero para según quién, un tipo que parece bastante duro de sí mismo, un hombre de éxito podríamos decir”, señaló.

Para sorpresa del hijo de Carlos Herrera, su entrevistado aseguró que no siempre fue así. Cuando era un niño le encantaba jugar al ajedrez por correspondencia. Una de sus manías era asomarse al buzón y mirar los tableros que había en la zona, por años jugó con personas de distintas partes del mundo y de todas las edades. Además de esta afición, a Risto Mejide le gustaba leer y escuchar música clásica, unos gustos que muchos considerarían raros.

El secreto que Risto Mejide le confió al hijo de Carlos Herrera

El primer nombre de Risto obedece a que su significado en finlandés es Ricardo. El presentador quiso romper con la tradición, ya que cargaba a sus espaldas nueve generaciones con el nombre Ricardo. Por eso decidió cambiarlo a Risto y también en el DNI. "Así es y por eso me lo puse en el Registro Civil. Me cambio de nombre, un poco por romper con los muertos".

Aunque Risto Mejide piense que los demás crean que es una tontería, él debía “empezar a dibujar” su propia vida. “Tenía que empezar con mi propia marca. Y todavía no me dedicaba a la publicidad, estoy hablando con 18 años cumplidos".

No todo salió como Risto Mejide esperaba

A comienzos de la semana del lanzamiento de su nueva novela, Risto Mejide denunció que vandalizaron el banco de la portada del libro. Él sabía que era “previsible”, pero aun así tuvo fe de que no sucediera.

En su Instagram compartió las imágenes del antes y después con el siguiente mensaje: “Los intolerantes y los vándalos nunca cejan en su empeño. Intentan disuadir, ridiculizar y señalar, para que nos avergoncemos los que no tenemos nada que ocultar. Pero de esta forma sólo van a conseguir que más gente se entere de la existencia de un libro que aboga por el amor libre entre seres adultos (algo que ellos jamás llegarán a ser)".