En el marco de la coronación del Rey Carlos III, que tuvo lugar el pasado fin de semana en la abadía de Westminster, Charlène de Mónaco (45 años) y el Príncipe Alberto (65 años) fueron otros de los miembros de la realeza europea que protagonizaron un sinfín de noticias a nivel internacional. Los motivos van desde sus estilismos escogidos para la ocasión, los rumores de crisis en su matrimonio o hasta el punto de comprobar si Su Alteza Serenísima seguía siendo la "princesa triste", tal como la bautizó la prensa rosa desde su paso por el altar en 2011.

Según la información que recoge el diario "El Nacional", el periodista alemán Michael Begasse confirmó para un medio digital de su país de origen, que efectivamente la exnadadora olímpica estaba triste y cansada en el día más importante para el hijo de la difunta Reina Isabel II del Reino Unido. De hecho, el comunicador aseguró que existe un motivo de peso para haberla visto "cabizbaja y sin energía". Algo que supone haber puesto en alerta tanto a su esposo como a la mismísima Corona Monegasca.

Charlène de Mónaco quedó con secuelas de su sonada enfermedad

En mi opinión, Charlène aún no tiene la fuerza para un largo e intenso día de trabajo.

Tras estas palabras, el profesional experto en la realeza dejó caer que estamos en frente dos caras de una misma moneda, dado que él mismo comprobó que la Princesa Consorte de Mónaco estuvo "radiante" durante la recepción en el Palacio de Buckingham, la cual fue celebrada el día anterior a la citada ceremonia religiosa.

Ella puede brillar cuando está sana, cuando está de buen humor, así es hermosa.

De esta manera, Michael Begasse se sinceró como nunca antes y no dudó en señalar que este notable desgaste físico de Charlène de Mónaco se debe a una sola cosa: quedó con secuelas de su sonada enfermedad, razón por la que cuando tiene un altibajo ya no está al mismo ritmo que el Príncipe Alberto. "Solo con mirarla sabes que no se siente bien, es como si la hubieran intercambiado", apostilló el reportero oriundo de Alemania.

Cambios de personalidad y actitud

Pero eso no es todo. De acuerdo a lo recogido por el periódico en cuestión, la madre de los príncipes Jaime y Gabriela de Mónaco sufriría estos cambios tanto de personalidad como de actitud desde hace algo menos de un año, fecha en la que regresó a la vida pública, tras 15 meses de haberse apartado de la agenda real por una infección de oídos que derivó a varios problemas secundarios en su salud.