Filatelia

El fascinante vínculo entre los sellos postales y la moneda durante la Segunda República

Conexiones.
miércoles, 7 de junio de 2023 · 15:53

Así como gracias a la numismática se puede conocer la historia de una forma lineal basada en los estudios metódicos y cronológicos de las monedas, gracias a la filatelia definida como "el coleccionismo y estudio de sellos postales por afición" es que se pueden advertir ciertos hechos del pasado que hoy pueden tener cierta trascendencia, sobre todo, a nivel económico.

El auge de la filatelia de estos últimos años ha provocado que las estampillas de correo tengan valores incalculables entre los coleccionistas. La oferta y demanda que se lleva a cabo a través de diferentes páginas web o subastas oficiales donde el mejor postor podrá hacerse de la pieza histórica o reliquia ofrecida, todo dependerá del diseño, la antigüedad y la rareza de los sellos postales.

Por los sellos postales antiguos los coleccionistas pagan desde 400 hasta más de 10.000.000 de euros. Fuente: (Imagen de archivo)

Los sellos postales más codiciados

Teniendo en cuenta la gran riqueza histórica que hay en España, uno de los sellos postales de mayor valor es el de 1850 de Isabel II creado por el destacado artista Bartolomé Llorente. Cabe destacar que, no solo se ha transformado en un símbolo característico de aquella época, sino que se trata de una estampilla valiosa por su rareza y porque conjuga perfectamente arte, historia y cultura.

La fusión de los sellos postales y la moneda durante la Segunda República fue un hecho asombroso. Fuente: (Imagen de archivo)

En esta misma línea, se pueden ubicar las estampillas moneda de la Segunda República Española. Debido a la escasez de metal durante la última etapa de la Guerra Civil Española, el régimen democrático en sustitución de la Monarquía de Alfonso III, -desde el 14 de abril de 1931, hasta el 1 de abril de 1939-, por orden ministerial promulgada en Barcelona el 24 de febrero de 1938, emitió las monedas de cartón como medio de pago con "carácter transitorio".

Los sellos postales, establecidos como monedas de emergencia eran de 35 milímetros de diámetro y un peso aproximado de 0,5 gramos. Fuente: (Imagen de archivo)

Esta solución que, en una primera instancia había sido planificada como algo provisional, se extendió hasta el 15 de julio de 1939 cuando perdieron su valor por un decreto expedido días antes. En cuanto a su impresión, el proceso se llevaba a cabo en las instalaciones de la Fábrica de la Moneda y Timbre de Aspe, Alicante.

Consideradas por los especialistas como monedas de necesidad o monedas de emergencia, su formato se caracterizaba porque en el reverso estaba impreso el escudo nacional republicano, mientras que el anverso quedaba totalmente libre para adherir posteriormente un timbre móvil o sellos de correos que especificaba su valor facial.