Joaquín Sabina con el corazón helado por lo que Joan Manuel Serrat dijo de Jimena Coronado

Joaquín Sabina (74 años) y Joan Manuel Serrat (78 años) se conocen hace más de 30 años. Cada vez que están juntos se detiene el tiempo y la pasan de maravilla. No solo comparten la música, sino las vivencias y el buen humor. “Yo tenía un póster de este en mi cuarto y el póster ahora canta a mi lado. Ha sido muy impresionante para mí”, señaló Sabina.

Desde que compartían el escenario, Joaquín Sabina solía ser más neurótico que su compañero y músico, Joan Manuel Serrat. Es por ello que al creador de “Mediterráneo” le parecía más conmovedor todo lo que se generaba de principio a fin sin tantas preocupaciones. Para él es puro placer compartir con el público, porque siempre es distinto.

Las Anécdotas incontables de Sabina y Serrat

Pero esta pareja también comparte secretos que alguna vez dieron a conocer en una de sus últimas visitas a Latinoamérica. Joan Manuel Serrat dio detalles de cómo el andaluz le pidió matrimonio a su mujer, Jimena Coronado.

Justo por esas fechas, Joaquín Sabina tuvo una gran alegría. Joan Manuel Serrat detallaba que no se trataba de hijos, pero dio detalles de cómo fue la pedida de matrimonio a Jimena Coronado. “Se arrodilló y le regaló un anillo como hacen”, dijo poniendo nervioso a Sabina.

El cantante se molestó con gracia, pues no esperaba que Joan Manuel Serrat contara cómo fue ese momento que él consideró muy hermoso, porque además fue en verso.

Otra de las anécdotas de estas grandes figuras de la música es que cada vez que Joan Manuel Serrat necesita hablar con Joaquín Sabina, le marca a Jimena Coronado. El andaluz no usa celular ni computadora, así que el músico llama a Jimena y no le pide “Ponme a Joaquín”, sino que le habla con ternura para que ella no se asuste.

Enfados

Otro de los secretos es que cuando Joaquín Sabina se enfada hay que tenerle mucha paciencia. “En algún momento quizás encuentre alguna rendija por donde poder entrar, ¿no? Podría dar algunas indicaciones, pero no le haría ningún bien. Seguramente superaría estas indicaciones y él no encontraría el camino para enfadarse”, dijo Joan Manuel Serrat.