La Reina Sofía, una mujer cuya timidez le costó el reconocimiento de su trabajo fuera de la Realeza

La historia de la Reina Sofía siempre ha sido un misterio debido a que siempre fue opacada por el Rey Juan Carlos y sus ocurrencias, o simplemente porque prefería mantener en privado su vida y lo que sucedía alrededor de ella en sus días de "no-reina". Siempre ha estado bajo la sombra de lo impredecible y así lo cuenta Carmen Gallardo en el libro "La última reina", en donde explica la falta de reconocimiento hacia la Aristócrata por ser una mujer importante, pero poco conocida al día de hoy. 

Lo que se sabe de la Reina Sofía es que es una mujer tímida, que prefiere mantenerse al margen del escándalo, aunque en su privacidad es bastante risueña, familiar, hogareña y "sencilla, discreta y humilde", pero es más ambiciosa de lo que se cree, es astuta y sabe cómo conseguir lo que quiere. 

Siempre pendiente de sus obligaciones, no ha logrado poder comunicarse con facilidad. Todo lo contrario a su esposo, el Rey Juan Carlos, quien no tiene la mejor de las reputaciones. Aún así, la atenea de 82 años cumple con lo que se propone. Entre los datos biográficos de la Reina Sofía, se puede observar que siempre intentó proteger y defender a la Monarquía y no solo "servir", como dicen todos, sino que busca ir más allá. Desde pequeña fue exiliada de Grecia, era mala alumna y fanática de Bach y de la música clásica. 

Estudió un grado en enfermería infantil, aunque no obtuvo una licenciatura universitaria. Amante de la fotografía y de la arqueología, la Reina Sofía mantiene su postura política y religiosa al margen, pues es conservadora, chapada a la antigua, anticomunista y defensora de la ultranza de la democracia. Además, le intriga lo que hay más allá de lo que conocemos, como los ovnis.

Lo que más resulta interesante de la Reina Sofía es su implicancia en distintas fundaciones a favor de los animales o para visibilizar los esfuerzos de la cooperación internacional española, así como los microcréditos a mujeres de países en desarrollo. Sin embargo, el mayor triunfo que tuvo fue ayudar a que Franco nombrara sucesor a título de Rey a su esposo, Juan Carlos.

Es así que la Monarquía regresó a España luego de la dictadura. De hecho, la Reina Sofía apenas sabía hablar español cuando era Princesa y se casó con Don Juan Carlos, o "Juanito. Ella sabía que debía convencer a Franco para que la nombrara Reina, y así fue. 

La Reina Sofía siempre fue tratada como una exiliada de otro país, no merecedora de la Corona, pero ella hizo más que cualquier otro royal, ya que permitió que el pueblo viese a la Monarquía como una Institución con un futuro y lleno de esperanza en medio de la opresión.

La Reina Sofía mostró su otra cara cuando expuso diferentes secretos de la Realeza al ver que todo por lo que había luchado se estaba yendo al tacho con la abdicación. Es así que se mostró como una luchadora empoderada al sacar los trapos sucios a la luz, como negocios fraudulentos, comisiones ilegales, un yerno desleal y derroche de dinero, entre otras cosas, convirtiéndose en un ejemplo para las mujeres de la época, a quienes la Monarca no entiende, ya que ella es de otra generación, pero tiene sus descendientes que lo son, como Leonor o Sofía, incluso Felipe VI, quienes se muestran modernos, todo lo opuesto a la Reina.