Con un divorcio prácticamente confirmado, José Ortega Cano toma las riendas de su vida como hombre “soltero”, si se puede usar dicho término. Su relación con Ana María Aldón ha terminado finalmente hace pocos meses, cumpliendo así infinitas predicciones que señalaban ese final como el único e imbatible para la pareja.

Sin embargo, diversas pruebas se vienen de cara a un futuro que, por lo pronto, parece ser incierto. Ya está confirmada la mudanza de Ana María Aldón a un espacio separado de la vivienda del maestro. Por su parte, una nueva fecha vino a marcar el distanciamiento pronunciado de los exenamorados.

José Ortega Cano no quiere quedarse atrás, claro está. Con proyectos, negocios y viajes de por medio, el viudo de Rocío Jurado toma al toro por las astas y emprende una aventura en una fecha muy especial para la diseñadora de modas. Prioridades son prioridades o al menos así parece verlo él, quien ha viajado justo el mismo día del cumpleaños de Ana María.

Una coincidencia muy sospechosa

El pasado domingo Ana María Aldón cumplía 45 años rodeada de sus familiares, amigos y de su hijo pequeño. Este fue el motivo perfecto para que José Ortega Cano tome sus cosas y emprenda un nuevo viaje hasta la capital española, donde fue visto en el restaurante “La Giralda” en un estado de ánimo muy arriba.

La revista ¡Hola! brindó la primicia, el diestro celebraba a kilómetros de distancia el cumpleaños de su exesposa dejándole terreno libre para que ella pudiese festejar como quisiera. Lejos de la prensa y resguardando más que nunca su vida privada, José Ortega Cano no pudo evitar las fotografías que se agazapaban a su alrededor.

Un ciclo que culmina

Con este gesto queda más que claro que José Ortega Cano y Ana María Aldón hacen sus vidas por senderos diferentes. Rodeado de amigos y de un gran público que ovaciona su presencia, el diestro se dispone a disfrutar y principalmente a aceptar esta parte de su vida donde su todavía, en términos legales, “esposa” ya no formará parte de su paisaje cotidiano.