CRÓNICA EXCLUSIVA

Todos los detalles sobre el último concierto de Raphael en Argentina

“El Niño” revive la pasión que lo conecta con el público desde hace 60 años.
martes, 17 de mayo de 2022 · 10:19

“Sesenta años se dice muy rápido, 

pero hay que cantarlos”

 

Raphael el artista” como se hace llamar desde hace sesenta años se presentó el sábado 14 de mayo en el Estadio Luna Park, un espacio que es considerado histórico (y mágico) en la Ciudad de Buenos Aires. No es casualidad que haya elegido ese mismo sitio para hacer historia. 

La gira 6.0 condecora la carrera de 60 años de Raphael, el  prodigioso cantante que, desde los 9 años, se sube a los escenarios con una voz única, tambaleando las emociones de quienes lo escuchan. Pero, los maestros de las artes dicen: “se requiere 5% de talento y 95% de trabajo”. 

No muchos pueden decir que ganaron un premio internacional en reconocimiento a la mejor voz infantil de Europa sin siquiera haber terminado la primera parte de la escuela. No obstante, así como significó el comienzo de una brillante carrera, también se abrió un enorme desafío de autodisciplina. 

Raphael
Raphael deslumbró a todos en el Estadio Luna Park. Fuente: (La Nación).

El fenómeno de la moda estuvo siempre en nuestra historia. Las tendencias se reciclan, van y vienen y con la música sucede lo mismo. “El Niño” captó eso de inmediato y emprendió casi de forma autodidacta una carrera musical que fue capaz de trascender las pasiones pasajeras, las altas críticas y, sobre todo, las fronteras de España. 

Julio Iglesias, Camilo Sesto, Nino Bravo o el gran Sandro de América (en honor a los anfitriones) aprendieron de los pasos de Raphael en cuanto a la artesanía que implica una carrera musical internacional. Sin Facebook y con recursos publicitarios analógicos y tradicionales, se hizo a sí mismo. 

A 60 años de tantas anécdotas, y de sus idas y venidas, Raphael “sigue siendo el mismo Raphael” de siempre. Como espectadora eso se percibe y se respeta. 

Raphael
Raphael brindó su último concierto en Argentina. 

Raphael, el mismo Raphael de siempre

Esta es la crónica del último concierto de Raphael en Argentina. Claro que las palabras no serán nunca suficientes, pero intentaremos acercar al lector una noble partícula de lo que se siente ser público de este cantante

Las palabras que más definen a este espectáculo son: calidad, prolijidad y viaje, términos que fusionaron como protagonistas por ciertos momentos y al unísono por otros. “El artista” lucía su típico traje negro. Un saco a brillos reflectaba la luz, pero a las pocas canciones el atuendo se volvió más liviano. 

En total sonaron 33 canciones repasando sus mayores éxitos y también algunas grabadas durante el confinamiento que significó la pandemia del coronavirus, todas acompañadas por la ovación del público de principio a fin. “Ave Fénix” (1992) fue la canción introductoria, la misma que rompía el hielo y dejaba entrever el despliegue de luces que acompañaron el resto del concierto. La euforia del principio se sostuvo durante todo el espectáculo. Comenzó a las 21 horas y tuvo una duración de tres, tiempo más que suficiente para deleitar con el amplio repertorio. 

“Igual (loco por cantar)” era el tema apropiado para continuar el repertorio. Le siguió “Vivir así es morir de amor” como para precalentar los motores y arrancar el viaje. Le siguió “Digan lo que digan”, su exitazo de 1967, mismo año en el que estrenó “Mi gran noche”, canción que terminó de despertar la efervescencia y euforia del público. 

Las entradas para ver al arista estaban agotadas (Fuente: La Nación). 

“Te estoy queriendo tanto” volvió la atmósfera un poco más romántica, siendo la antesala de la canción “Provocación”, que despertó la nostalgia. Raphael estaba ahí, no solo con su voz, sino también con su despliegue corporal, el mismo que asentó las características más importantes de su sello personal. 

“Y solo quedan las ganas de llorar” es una clásica que Raphael reversionó en pandemia, haciendo un dúo inimaginable con la chilena Mon Laforte, entonación que estuvo presente en la mágica noche del Luna Park. Curioso, pues, así como el artista traía una versión actualizada, seguidamente cantó “Desde aquel día” de 1966. Un viaje sin tiempo y espacio, tal como advertimos. 

La noche transcurrió con exitazos como: “Desde el fondo de mi alma” (1995), “Vida loca” que interpretó junto a Luis Fonsi en su último disco 6.0 (2020), “No puedo arrancarte de mí” (1983) y “Sigo siendo aquel”, momento en que Raphael recordó a su público que aquel niño que subía a cantar conservaba la misma esencia, pues siempre sería “el mismo Raphael”, “Ámame” (1984), “Estuve enamorado” (1966) y “Estar enamorado” (1981). 

Raphael en clave de tango

Como ningún detalle se escapa ante sus ojos, Raphael frenó un momento su despliegue musical y pronunció “¡Qué viva el tango!”, la antesala a la canción “Malena”, otro de los guiños hacia el país anfitrión de la noche. En este conjunto de canciones homenajes también estuvieron “Alfonsina y el mar”, una canción cantada por Mercedes Sosa, gran artista y madre argentina de la música popular. “Que nadie sepa mi sufrir” le siguió a esta camada extranjera de su repertorio, pasando también por “Llorona”, trayendo la atmósfera mexicana al sur de América. 

Raphael
El público sostuvo la energía del recital de principio a fin. (Fuente: Clarín).

El concierto se extendió durante casi tres horas. El piano de cola, guitarras, batería, bajo y la percusión acompañaron a Raphael en cada una de sus interpretaciones. Casi llegando al final, el artista dijo “Qué bonita noche. Los voy a recordar siempre. Ojalá que nos estemos viendo cada año, porque esta cosa de las pandemias no nos va. Ha sido un verdadero placer desde que llegué a Buenos Aires por primera vez y tuve esa respuesta del público hasta el día de hoy, 60 años después”. Acto seguido pronunció la frase que abre esta crónica, pues todos podemos decir rápidamente sesenta años, pero cantarnos con semejante nivel de profesionalismo tiene otra magnitud. 

Hasta siempre Raphael

El final fue épico. Pasadas las 23:30 de la noche, el momento culmen se hacía sentir. Un aro de fuego proyectaba las imágenes del artista cuando era joven y cantaba a toda una multitud, así como sus portadas de discos y la trayectoria a lo largo de su vida. “Resistiré” himno de la pandemia, “Yo soy aquel” y “Escándalo” fueron los elegidos para una despedida inolvidable. Despliegue, luces y sus tradicionales brazos alzados al espacio volvían a Raphael eterno e inolvidable. 

Raphael
Raphael, inolvidable. (Fuente: Show España).

El artista no se guardó nada, sostuvo con altura y profesionalismo un recital de casi tres horas donde no escatimó en energía ni en entrega. Raphael siempre lo dijo, él cuida de su voz y de su cuerpo porque es el instrumento que le permite expresar lo que más ama, conmover e interpretar. La noche fue mágica e inolvidable, pasando por momentos románticos como así también enérgicos y festivos. Una entrega absoluta de "El Niño" que, después de sesenta años, continúa deslumbrando a quien lo escucha.

Más de