Hace unos días se dio a conocer —a través de la publicación de revista "¡Hola!"— que la Reina Letizia se reunió con sus cuñadas, la Infanta Elena y la Infanta Cristina, sellando un "acuerdo de paz" al aceptar la invitación de la Reina Sofía y compartir un almuerzo navideño en el Palacio de la Zarzuela: dicho evento tuvo la finalidad de reunir "a todos sus hijos y nietos". Es ahora cuando "Vanitatis" se moja en torno al verdadero trasfondo en la relación entre la hermana mayor y la esposa del Rey Felipe.

Según el medio citado, la primogénita del Rey Juan Carlos ha sido "de las últimas de la familia directa" en conocer a la entonces prometida del Príncipe de Asturias, periodista de profesión. "Sabía cosas de ella por lo que le había contado su hermana, con la que parecía que se llevaba muy bien", reza el primer capítulo de "Y entonces llegó ella". Este último, uno de los episodios del nuevo libro de Núria Tiburcio, "Elena. La infanta castiza" (La Esfera de los Libros), que se publicará en unos días y se centra en la vida privada de Elena de Borbón.

Los motivos clave en la relación de la Infanta Elena con su cuñada, la Reina Letizia

De acuerdo al magacín, la periodista experta en la realeza —que también forma parte de su equipo periodístico— desveló en su escrito cuáles eran los tres motivos clave que "entorpecieron"la unión entre la Duquesa de Lugo y la Reina Consorte de España, aúnque ambas se habían "esforzado" por llevarse bien. "Su vínculo con Letizia nunca fue el más estrecho, a pesar de los esfuerzos que una y otra pusieron de su parte para sentirse familia", comenzó la escritora.

Eran la noche y el día. Para la Reina Letizia, aquellas personas vivían en una burbuja, sobre todo Elena.

Con estas palabras, la comunicadora explicó en su obra literaria que la monarca oriunda de Oviedo consideraba a su otra cuñada, Cristina de Borbón, como "más mundana y todoterreno". En cambio, a su parecer, la madre de Victoria Federica y Froilán tenía "un carácter retraído, que le costó descifrar".

El primer "escollo" entre ellas se dio tras la publicación de "Adiós, princesa" de David Rocasolano, quien es primo de la actual soberana, dado que este señalaba en su libro que los Ortiz-Rocasolano "hacían burla" a los miembros de la Familia Real. "Poco le importa a Elena lo que pensaran, pero no perdona una traición como aquella a unas personas a las que se les abrieron todas las puertas", apostilla la graduada en Filología Española.

Jaime de Marichalar y la Reina Letizia, su complicidad y estrecha amistad

El segundo motivo tuvo que ver con Jaime de Marichalar, el exmarido de la hija mayor de los Reyes Eméritos, con quien Letizia Ortiz entabló una estrecha amistad y evidente complicidad. "Jaime creía que la periodista era una de las pocas personas que de verdad lo apreciaban dentro de la familia", deslizó la autora.

Le parecía lista y muy perspicaz. Demasiado para el clan Borbón, al que él consideraba un tanto básico. Ambos sabían lo que realmente era formar parte de los Borbón y se entendían mejor que nadie.

La disputa en Palma de Mallorca

Finalmente, el periódico en cuestión dio luz verde al tercer momento clave en la relación de la Infanta Elena y la Reina Letizia, la cual no pudo ser "idílica" como muchos hubieran deseado. En concreto, Núria Tiburcio se refirió al "rifirrafe real" que tuvo lugar en abril de 2018 entre la madre de la Princesa Leonor y su suegra, la Reina Sofía. ¡Sí, su disputa en las puertas de la Catedral de Palma de Mallorca!

Tras aquel momento, que Elena no olvida, sus encuentros con su cuñada han sido contados. Apartada de la agenda real, no coincide nunca con ella, ni siquiera cuando visita la Zarzuela para ver a su madre o para practicar equitación. Y si coinciden, la conversación es corta.