La partida de Laura Valenzuela ha marcado, sin lugar a dudas, un antes y después en el mundo de la televisión, pero sobre todo ha dejado una huella dolorosa e imborrable en el corazón de todos los que la quisieron. Eso quedó más que claro en estos días, durante el funeral y el entierro más multitudinario.

“Se ha ido en paz”, decía entre suspiros Lara Dibildos (51 años) el viernes por la tarde cuando comunicaba ante los reporteros el fallecimiento de su madre, quien ya llevaba semanas ingresada en el hospital de La Princesa de Madrid a causa de una infección. La noticia tardó segundos en llegar a todos y los familiares y amigos más cercanos de la artista se trasladaron rápidamente a arropar a su hija, quien rota de dolor se tomó el tiempo de agradecer ante las cámaras.

El desconsuelo de Lara Dibildos

El respeto y la educación es algo que se hereda y así lo ha vuelto a demostrar la hija de Laura Valenzuela. En medio del entierro y del último adiós a la artista, Lara Dibildos se tomó el trabajo de agradecer a todos y cada uno de los que cubrían la despedida de su madre. “Muchas gracias por vuestro cariño, apoyo y admiración”, lanzaba entre lágrimas.

Habéis tenido un respeto tan grande que os lo agradecemos las dos, de corazón.

“Lo agradezco muchísimo, porque han sido años difíciles y habéis tenido un cariño y un respeto siempre que yo sé que ella ahora lo está viendo”, decía conmovida Lara Dibildos, quien se encontraba arropada por gran parte de su familia heredada y también de la que “ha elegido”: sus amigos.

Ella es única.

En el momento más difícil fueron Susana Uribarri, Norma Duval, Raquel Rodríguez, su expareja Álvaro Muñoz Escassi, María José Suárez, y la hija del jinete, Ana Barrachina, algunos de los que contuvieron a la hija de Laura Valenzuela durante el entierro.