Son muchas las razones por las que se recuerda a Lola Flores. Por supuesto, su arte es quizás el motivo más trascendente, pero no es el único. La coplera usó sus canciones para reivindicar sus raíces, para potenciar a la cultura calé, pero también para salvarse a ella y a todos los que se sintieran identificados con su discurso. Pero claro, no siempre hacerlo fue una tarea sencilla.

A menudo, se recuerda a la artista por haber sido capaz de salirse del rol tradicional de estrella. Por supuesto, le interesaba lucir estupenda, vestir a la moda y oler de maravilla, pero ese no era su principal objetivo en la vida. Su razón de ser estaba en mostrarse como una mujer común y corriente, que podía arreglarse para una velada especial, peor que también caminaba descalza en su casa mientras jugaba con sus niños.

La madre de Lolita y de Rosario probablemente fue el primer ícono del movimiento feminista, pese a que esa no fuese su intención. Si bien aquella forma suya de mostrarse sencilla y de no aparentar para conquistar fue importante, no fue lo que más la marcó. Y es que un día, ante las cámaras, se animó a hablar de un tópico que le hacía hervir la sangre y que la emparejaba con millones de mujeres a lo largo y a lo ancho del globo.

Las penas de Lola Flores, unas que ella misma puso en palabras

Tal como puede apreciarse en el material adjunto que es propiedad de Canal Sur, un día en “El Coraje de vivir”, Lola Flores sentenció que Manolo Caracol la maltrataba terriblemente. La insultaba delante de la gente y mucho más cuando nadie los veía. Sus padres sufrían mucho por ese vínculo y también su hermano, quien le imploraba que se apartara de él ya que le traería la ruina.

Mi hermano me decía: deja a ese hombre Lola, va a ser una ruina para ti.

Por supuesto, no era habitual que una mujer admitiera ese tipo de cosas, mucho menos que lo hiciera una estrella de talla internacional y en su propio programa de televisión. Pero la oriunda de Jerez de la Frontera lo hizo y, a partir de entonces, el tema caminó en línea recta hasta dejar de ser tabú o un motivo de vergüenza para las víctimas. Lola no declinó su actitud y luego, cuando ya estaba casada con “El Pescaílla”, manifestó para una revista que a ella le encantaba lucir sus piernas y si a su marido no le gustaba, pues que se acostumbrara.

No habrá nunca otra igual

El vacío que dejó Lola Flores tras su partida fue tan grande que, al día de hoy, se sigue esperando que una nueva figura se le asemeje. Sin embargo, no hay nadie que pueda cumplir con todos sus atributos.