Mario Vargas Llosa
Mario Vargas Llosa encontró en el refugio de Patricia lo que se le negaba en casa de la Preysler
En un momento crucial.La ruptura de Mario Vargas Llosa (86 años) e Isabel Preysler (72 años), fue uno de los temas más polémicos y controvertidos de fin de año 2022 y comienzo de este 2023. Tras casi una década de amor, los famosos le pusieron punto final a su historia y esto provocó una seguidilla de reproches sin precedentes. De hecho, hasta el día de hoy el motivo de su alejamiento continúa siendo un misterio.
Mientras la filipina aseguraba a los periodistas que el Premio Nobel tenía "celos infundados", él mantuvo el silencio por un tiempo de consideración. Después le concedió una entrevista a "El Mundo" donde demostró estar muy feliz por "haber recuperado la libertad", dejando entrever que la madre de Tamara Falcó era una persona un tanto posesiva. Eso sí, también destacó que estaba "muy enamorado", pero lamentablemente "no pertenecía a ese mundo".

Ahora, Mario Vargas Llosa regresó a España tras haber permanecido varias semanas en su tierra natal, Arequipa, Perú, refugiándose en su familia y en su gran amor: la literatura. El escritor de "La casa verde" estuvo presente en el Instituto Cervantes para formar parte del encuentro "El fuego de la imaginación" y, como no podía ser de otra manera, tuvo que enfrentarse a los corresponsales de prensa, a quienes dejó en claro que no hablaría de su ex, pero también resaltó que no descarta tener una amistad en el futuro.
No, no voy a hablar de Isabel.
Un cambio drástico para Mario Vargas Llosa cruzando el Atlántico
Desde que Mario Vargas Llosa viajó a América para estar presente en la boda de su nieta, se abrió un abanico de posibilidades respecto a cuáles eran sus intenciones de permanecer tanto tiempo en Perú. Por un lado, los profesionales de la comunicación especulaban una posible reconciliación con su ex, Patricia Llosa, pero también se filtró que solo quería tomar distancia de la polémica en España.

Finalmente, todo salió a la luz y el motivo por el que el literato permaneció más tiempo en su tierra natal, fue para terminar una novela con reminiscencias de la música peruana. Cabe destacar que años atrás él mismo confirmó a la prensa que para que escribir siempre necesitó de calma y tranquilidad, algo que en Madrid no encontraba, teniendo en cuenta la situación con Isabel Preysler. La imperturbabilidad que el Premio Nobel precisa para inspirarse es tanta que, incluso, la madre de sus hijos le llevaba la comida y la dejaba en la puerta para que él se alimentara cuando estuviera seguro de querer hacerlo.
Lejos del amor
Ni Isabel Preysler ni Patricia Llosa, Mario Vargas Llosa actualmente no tiene intenciones de rehacer su vida amorosa, tan es así que ni siquiera quiere oír hablar de amor, al menos por un tiempo hasta que baje la marea.