La delicada situación que despertó en Lady Di su lado más oscuro

Uno de los grandes deseos que probablemente tenía Lady Di era llevar una vida convencional y, en lo posible, acompañar a sus hijos en su crecimiento y criarlos como todo madre. Al menos así lo cuentan las personas que tuvieron la oportunidad de compartir momentos de confianza con ella. 

Sin embargo, la ausencia de su progenitora desde que fue muy pequeña, su fracasado matrimonio con el Príncipe Carlos y el hecho de no poder cumplir su rol de madre como le hubiera gustado, convirtieron la vida de Diana en un verdadero calvario.

Al ser un miembro de la Familia Real, Lady Di debía cumplir con intenso nivel de compromisos que quizás ella nunca se imaginó, por lo que se vio obligada a contratar a una niñera de tiempo completo. Por eso, en 1982, al poco tiempo de que naciera el Príncipe William, junto a quien fue su marido en aquel momento, Carlos de Gales, emplearon a Barbara Barnes.

En una entrevista con el sitio Quien, Barbara contó que en aquella época tenía 42 años y que el entorno real aprobó de inmediato que fuera la niñera de los niños. Ni bien comenzó a cumplir con sus funciones, como dice el libro "Battle of Brothers", Barnes se dio cuenta de que tenía que "servir como niñera de su jefa de 21 años tanto como de su descendencia. Diana sufría de bulimia y autolesiones”, aseguró Robert Lacey, autor de la obra citada por Daily Mail.

Esta situación, sumada a la amargura que sentía Lady Di porque sabía que su esposo tenía una relación amorosa con Camilla, hizo que la presencia de Barbara fuera mucho más importante dentro del palacio. En poco tiempo se transformó en una especie de mamá sustituta para William y Harry: “Barbara vigilaba el piso de la guardería como el Vaticano. Era su reino”, reveló un exempleado del Palacio Kesington a Lacey.

Los hijos de la Princesa Diana pasaban mucho tiempo con ella e incluso la llamaban “Baba”. Ella fue quien les enseñó a hablar, a caminar y leer. “Los consolaba cuando se despertaban llorando por la noche. Hasta se los llevó a unas vacaciones sin sus papás a Escocia y las islas Sorlingas, donde ella decidía los planes del día como lo haría cualquier mamá”, comenta el autor.

A partir de ese momento, la tensión entre Lady Di y la niñera de sus hijos comenzó a crecer. Fue tan evidente el cortocircuito entre ellas que la Princesa decidió de manera inesperada despedir a Barbara, algo que sorprendió mucho a su entorno porque todos sabían lo bien que había cuidado Barnes de los niños, además, Diana siempre tuvo un trato cercano y muy humano con los empleados del palacio.