En la realeza europea existiría una especie de competencia silenciosa entre reinos, algo que en realidad parece ser más cosa de la prensa que de ellos mismos, pero nadie queda exento. Ahora se está poniendo especial foco en la "guerra de parejas" que, según el medio Mujer Hoy, sucede entre Charlène de Mónaco y el Príncipe Alberto, de Mónaco; y el Rey Felipe y la Reina Letizia, de España.

Charlène de Mónaco y el Príncipe Eduardo están empeñados en tirar por la borda los rumores de crisis entre ellos que se han desatado en los últimos años y que cobraron más fuerza después de que ella pasara mucho tiempo alejada de la familia por una enfermedad. El Día Nacional de Mónaco se convirtió en una perfecta jornada de amor. Así, los representantes reales se pasearon con sonrisas, miradas de reojo, carcajadas y gestos que evidenciaban que querían estar juntos, más pegados.

Recordemos que en 2014, el Príncipe y la Princesa protagonizaban en un balcón frente a toda la prensa un beso entregado que demostraba que su matrimonio iba a dejar de lado aquella imagen fría y protocolar. Una imagen que, de hecho, aún mantienen el Rey Felipe y la Reina Letizia, de ahí la irremediable comparación. Los representantes de España solo rompieron aquel cristal en público con sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, aunque casi nunca entre ellos.

Claras diferencias

De todas formas, a diferencia de Charlène de Mónaco y el Príncipe Alberto, el Rey Felipe y la Reina Letizia nunca se han visto durante tanto tiempo envueltos en rumores de crisis, posiblemente porque nunca no son tan cariñosos, entonces nada hace sospechar una distancia repentina, como sí pasa con los de Mónaco, que si no están acaramelados constantemente, el público empieza a hablar.

Lo que sí podríamos decir que comparten ambas parejas es la historia de amor y el apoyo incondicional. La Reina Letizia se sumó a la Familia Real Española siendo una periodista de profesión, mientras que Charlène de Mónaco era una nadadora olímpica; ambas vivieron casi un cuento de hadas. Claro que el Rey Felipe y el Príncipe Alberto sí parecen tener muchas diferencias, pero los dos demostraron que en los peores momentos van a estar para sus parejas. En efecto, el jefe de Estado del Principado de Mónaco así lo demostró, fue la enfermedad de la exdeportista, lo que los llevó a estar separados mucho tiempo, sin embargo, cuando pudo volver a los eventos públicos, aún un poco desorbitada, él la sostuvo firme del brazo y la acompañó a su ritmo.

Otra cosa en la que se parecen estas parejas tan observadas de la realeza europea es en los problemas que tendrían al interior de sus respectivas familias, la Reina Letizia no tendría tan buen vinculo con las hermanas del Rey Felipe, las Infantas Elena y Cristina. De hecho, por lo visto la relación está completamente rota hace tiempo. En la vereda de Mónaco, sucede algo parecido con Charlène de Mónaco y la hermana del Príncipe Alberto, Carolina de Mónaco, quienes hace tiempo sacan a relucir las tensiones.

La difícil etapa de Charlène de Mónaco

Este último año, seguramente, será una etapa que Charlène de Mónaco querrá olvidar. Sufrió una infección otorrinolaringóloga durante su visita a Sudáfrica que se complicó tanto que la postró en cama y hasta tuvo que afrontar tres operaciones. Pasó aislada seis meses de sus hijos y de su esposo. Además, cuando volvió aún tenía secuelas que sanar, tanto físicas como emocionales.