La secreta vida de Chayo Mohedano lejos de la polémica que salpica a su familia

La sobrina de Rocío Jurado ha seguido los pasos de la artista de la familia y se ha encaminado en el mundo de la canción, el espectáculo y la vida mediática. Aunque hace tres años que Chayo Mohedano no saca ningún disco, aun así, vemos esa herencia artística plasmada en sus genes.

Chayo Mohedano es hija de Rosa Benito y Amador, el hermano de Rocío Jurado y una de las personas más señaladas por Rocío Carrasco en su último documental. Obviamente no le quitó el puesto a “el ser” pero aun así salió empapado de conflictos y polémicas, tanto él como su exesposa.

Con Charo la cosa nunca fue áspera ni amarga. Las primas se llevaban relativamente bien o al menos eso ha dejado entrever los 13 episodios de “Rocío, contar la verdad para seguir viva”.

También es cierto que Chayo Mohedano no hace ni hizo nada para merecer ser salpicada por el caos, ya que mantiene un perfil bastante distante de su familia y todo lo que tiene que ver con la polémica.

La vida de Chayo Mohedano se centró en hacer crecer su carrera. En el medio conoció a Andrés Fernández y juntos formaron una hermosa familia. En simultáneo, la cantante conseguía posicionarse entre los artistas de la música casi al mismo tiempo que sus aportes en televisión.

Con un padre músico y una madre de figura pública en la tele, era lógico de esperar que esa combinación explosiva diera sus frutos. Chayo no es ni la prima de, ni la sobrina de ni la hija dé. Brilla con su propia personalidad y carisma, buscando hacer su camino más allá de los apellidos y herencias familiares.

Chayo Mohedano es una excelente tiktoker, muy graciosa, por cierto. Sus videos tienen miles de “Me Gusta” y ha conseguido sacar más de unas sonrisas con sus simpáticas imitaciones y gestos elocuentes.

La versatilidad de la cantante no tiene fronteras ni formas. No logró alcanzar la cima de la música, pero eso parece no frustrarle en lo absoluto. Colabora en televisión, hace videos graciosos, disfruta con su familia y cuida de su huerta. Eso sí, cuando tiene que decir lo que piensa se planta de una sola vez. Un ejemplo de ello es lo que ocurrió con Rocío Carrasco. Chayo Mohedano enseño sus afilados dientes y dijo:

Aprendamos y no juzguemos sin saber. No al maltrato en ninguna de sus formas.