El día que Joaquín Sabina enseñó el lugar en el que se refugia cuando la vida le arroja malas cartas

A pesar de que Joaquín Sabina no está brindando sus típicos y memorables shows se encuentra atravesando un gran momento laboralmente hablando. Hace pocas semanas se anunció que su trayectoria profesional será reconocida por la Academia Latina de Grabación y se le otorgará el Premio a la Excelencia Musical, uno de los sueños anhelados por todo músico.

La celebración se realizará el próximo 17 de noviembre en el Hotel Four Season de Las Vegas y se desarrollará dentro del marco de la semana de los Premios Grammys Latinos. Cabe destacar que también se harán de este galardón artistas internacionales como: el argentino, Fito Páez; los estadounidenses, Sheila E. & Pete Escovedo; el brasileño, Martinho da Vila; el mexicano Emmanuel, entre otros.

En este contexto tan emocionante para el músico siempre es conveniente resaltar aquellas cuestiones que lo llevar a ser un grande en la industria, reservado, pero rebelde sin causa, siempre luchó por todo aquello que consideraba justo y, lo más importante, es que después de haber obtenido la fama que cualquier artista desearía tener jamás se olvidó de llevar su vida con humildad.

Joaquín Sabina cuenta con dos pisos que junto a su mujer Jimena Coronado y la ayuda de un arquitecto amigo de Joan Manuel Serrat lograron unir en uno solo. El hogar se encuentra situado en zonas aledañas a la plaza madrileña de Tirso de Molina, territorio especialmente elegido por el poeta. "Lo nuestro fue una expansión, dejamos el estudio de grabación abajo, unimos las dos plantas mediante una escalera, e iniciamos la reforma de la nueva adquisición", explicaba en una entrevista para un reconocido medio.

Sin embargo, Joaquín Sabina tenía un especial propósito para elegir la ubicación del que sería su nuevo hogar, una esquina de más de 300 metros cuadrados: "Como yo no conduzco, desde aquí puedo ir andando a los museos, y eso para mí, es un lujo", expresó emocionado por lo construido hasta el momento y es que ya se sabe que el cantautor es un apasionado de la cultura.

Soy antiminimalista y barroco, compro mucho en los viajes, y he acumulado un buen número de objetos. La mayoría son de Latinoamérica, y cada uno tiene su historia.