INESPERADO
El testimonio que pondría contra las cuerdas a Camilla Parker, la mujer del Príncipe Carlos
La Duquesa de Cornualles empezaba a resonar en lo público justo cuando algo está a punto de detenerla.
En los últimos meses Camilla Parker se mostró más protagonista que nunca. A través de su presencia en algunos actos a los que estuvo invitada, la mujer del Príncipe Carlos intentaba cumplir con algunos de los requerimientos expresados por la Reina Isabel II, quien anhelaba que se convierta en Reina Consorte en un futuro cercano.
En su cumpleaños número 75, Camilla Parker brindó una entrevista en la que contó abiertamente cómo son los días con su marido. A pesar de no tener mucho tiempo para pasar junto al Príncipe Carlos, confesó que le encanta el plan de sentarse con una taza de té, ponerse al día hablando, o hasta incluso se mostró a gusto con el momento en el que cada uno lee su libro en la misma habitación sin necesidad de cruzar palabras.
Sin embargo, entre más conocíamos en profundidad a la Duquesa de Cornualles, más crecía una sombra que pretendería hundirla con secretos nunca antes contados sobre ella. Será el Príncipe Harry, conocido en la formalidad como Enrique de Sussex, quien lanzará un libro a mediados del mes de diciembre en el que contaría algunas de las intimidades de la mujer de su padre.
A pesar de no haber tenido nunca una relación cercana, Camilla Parker estaría más próxima que nunca al Príncipe Harry en un recuerdo imborrable que seguro implicaría el lado más oculto de su relación con el Príncipe Carlos.
Los cimientos de la familia Real estarían a punto de temblar con el libro biográfico del hijo de Diana de Gales, que no solo tendría en su interior el curso de su vida y la retirada de la Corona, sino también duras críticas a Camilla Parker entre sus páginas, principalmente durante el curso de su vínculo con el Príncipe Carlos.
A pesar de que un amigo cercano del Príncipe Harry confesara en “Sunday Mirror” que él y Camilla Parker nunca tuvieron un vínculo próximo, ni lo tendrán, el hijo de la Reina Isabel II intenta defender a su mujer de antemano y calmar las aguas visitando a sus nietos más pequeños, aunque la llegada del testimonio ya sería inminente e imposible de frenar.
