La dolorosa verdad que Alba Santana siempre trató de advertir a su padre, Manolo Santana

El fallecimiento de Manolo Santana el pasado 11 de diciembre dejó un gran vació en el mundo del deporte, donde era considerado uno de los ídolos más grandes del tenis. Aunque le fue muy bien en su profesión, donde cosechó varios éxitos nacionales e internacionales, tuvo una intensa vida amorosa por la que siempre estuvo en el ojo de la tormenta.

Estuvo tres veces casado y a dos de sus esposas las engañó. Su primera mujer fue Fernanda González-Dopeso, con la que tuvo tres hijos: Borja, Manuel y Beatriz, luego nació Bárbara Catherina fruto de su affaire con Bárbara Oltra, y por último tuvo a Alba Santana que nació de su relación con Mila Ximénez. 

Pero la vida de Manolo Santana cambió cuando conoció a Claudia Rodríguez, la colombiana que pasó a controlar cada movimiento que hacía y hasta lo excluyó de los ámbitos que siempre frecuentaba. De hecho, ahora que el tenista ya no está presente, muchos creen que es ella la que se quedó con gran parte de su herencia. 

Según Vanitatis, en 2019 se frenó toda la economía del ex de Mila Ximénez, ya que no volvió a presentar sus cuentas en el Registro Mercantil. Aunque en su momento quedaban algunas esperanzas de que algo de su patrimonio quedara en manos de su familia gracias al Manolo Santana Racquets Club, Claudia Rodríguez se hizo de un capital de 18 mil euros tras figurar como única administradora de la sociedad.

Pero eso no es todo, según Ramón Llompart, quien fue amigo del tenista, reveló a la prensa que actualmente Claudia Rodríguez podría ser la titular de un alto porcentaje del patrimonio de Manolo Santana. Cabe destacar que el deportista contaba con varias propiedades en distintas localidades de España como también varios medios de transporte, entre vehículos y otros.

Lo cierto es que en los últimos años que compartió Manolo con Claudia, la gente que siempre fue cercana al madrileño nunca tuvo buenas palabras a la hora de referirse a su mujer. La gente del club decía que ella fue la que lo había alejado de sus amigos y que controlaba prácticamente todo en su vida. Incluso, Santana había perdido el contacto con todos sus hijos, incluyendo a Alba Santana.